El contexto mayor
Tras establecer la instructiva conexión entre la oración del apóstol y los versículos inmediatamente
anteriores, quiero decir algo ahora sobre su contexto más amplio. Con esta oración concluye la sección
que se inició en Romanos 14:1, sobre la triste división en la congregación romana. Sin tomar partido por
ninguna de las partes, ni declarar expresamente cuál de ellas estaba equivocada, Pablo había
establecido principios de acción generales y sencillos para cada grupo, de manera que si su conducta
era regulada por dichos principios, se preservarían por igual la libertad y el amor cristianos. Pablo puso
delante de ellos el ejemplo de su Señor, y mostró después que la Palabra de la profecía concede el
mismo lugar a judíos y a gentiles. Usando el precioso lenguaje de Moule, «el apóstol los abraza a todos
en su corazón, en esta preciosa y significativa bendición, que suplica para ambas partes y para todos sus
individuos, una maravillosa plenitud de aquellas bendiciones que harán expirar con rapidez y
contundencia el espíritu de sus disputas». Cuanto más los miembros de una congregación cristiana se
acercan al Señor, más se acercan también entre sí.
«El Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el
poder del Espíritu Santo». El «Dios de esperanza» es tanto objeto como autor de esperanza. Él es quien
ha preparado las bendiciones que han de ser objeto de nuestra esperanza, nos las ha presentado en el
evangelio y, por el poder del Espíritu, nos capacita para entender y creer las buenas nuevas, que
despiertan motivaciones y activan los principios que aseguran la esperanza. La carga de la oración de
Pablo era que los creyentes abundaran en esta gracia espiritual, y para ello se dirige a la Deidad. Como
señala Matthew Henry, «En la oración es bueno aferrarnos a aquellos nombres, títulos y atributos de Dios
que son más adecuados a la petición que presentamos y que nos serán de ánimo al respecto». Otra
razón por la que el apóstol se dirige a Dios en estos términos la encontramos en el versículo anterior,
donde se declara acerca del Señor, «los gentiles esperarán en él». Más literalmente el versículo de
nuestra consideración dice, «El Dios de esta [o ‘la’] esperanza», aquel que es el Inspirador de todas las
expectativas de bendición.