¿Cómo se manifiesta esto en la iglesia?
Según Pablo, la sabiduría no era un conjunto de filosofías o elocuentes argumentos sobre los asuntos de la vida: la sabiduría era ALGUIEN.
1 Corintios 1:26-28
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.”
El escogimiento de Dios
Este escogimiento no se refiere a la elección eterna en Cristo, sino a la condición natural de aquellos que fueron escogidos en Él.
Según la sabiduría divina, Dios escoge:
- Necio → para avergonzar a los sabios.
- Débil → para avergonzar a lo fuerte.
- Vil, menospreciado y lo que no es → para deshacer lo que es.
La palabra “escogió” era usada por la gente común al seleccionar entre varias cosas lo que consideraban mejor y hacían suyo.
Así, Dios buscó entre las multitudes y separó lo necio, débil y vil para hacerlo SUYO, cumpliendo su propósito eterno.
¿Por qué escogió Dios de esta manera?
Verso 20 – “a fin de que nadie se jacte en su presencia.”
El principio que gobierna el escogimiento es claro: que nadie se gloríe en sí mismo, sino en el Señor.
Por eso Pablo concluye citando a Jeremías:
“El que se gloríe, gloríese en el Señor.”
Esto resume la intención de toda la epístola.
¿Qué está buscando Dios?
- Lado negativo: menospreciar la gloria y la sabiduría del hombre.
- Lado positivo: establecer un fundamento en el cual solo Él sea glorificado.
Este es el principio que gobierna todos los tratos de Dios con los suyos:
- Eliminar la tendencia natural de gloriarnos en el hombre.
- Establecer la base para gloriarse únicamente en el Señor.
Pregunta final para meditar:
¿Quiénes son los hombres y mujeres de verdadero valor para Dios?
