La pregunta seria; ¿Cuál es la fuente de la sabiduría del hombre natural o la sabidurí
del mundo? La respuesta a esto la presenta Santiago en el capítulo 3 verso 14 y 15
de su epístola.
“Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni
mintáis contra la verdad, porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino
terrenal, animal, diabólica”.
Según Santiago, la sabiduría del mundo opera en la esfera de lo natural, de lo sensual, y
lo diabólico.

  1. Terrenal – lo de abajo, lo que se ve, lo natural.
  2. Animal o “Sensual” – opera completamente en la dimensión de la naturaleza
    pecaminosa del hombre, no en la naturaleza divina.
  3. Diabólica – no proviene de Dios sino del diablo.
    Esto explica lo que estaba sucediendo en la congregación – los corintios estaban
    fuertemente influenciados por sus inclinaciones naturales, deseos carnales y todo esto
    mientras operaban en los dones del Espíritu. Los dones no son evidencia de madurez
    espiritual y tampoco de sabiduría de Dios.
    El fruto de esto fue todo tipo de sensualidad y los llevó a no poder discernir lo que era
    de Cristo con lo que era de este mundo. La ceguera que produce la sabiduría de este
    mundo es impresionante y los corintios son un vivo ejemplo de cómo esta sabiduría
    opera y se muestra en la iglesia.
    En Corinto la sabiduría del mundo se mostró en divisiones, carnalidad,
    sensualismo, y trucos de manipulación. Por eso Pablo no identificó demonios en la
    congregación de los Corintios, sino la clase de sabiduría que alimenta la actividad del
    reino de las tinieblas.
    Pero, su mayor expresión Pablo la identifica y dice que la sabiduría de este mundo
    llevó a los hombres a “crucificar al Señor de gloria”.
    1 corintios 2:7-8: “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la
    cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los
    príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían
    crucificado al Señor de gloria”.
    La sugerencia es que todo lo que es natural, – todo lo que no ha sido crucificado
    puede hacer vana la cruz y contradecir lo que se obtuvo por medio de ella.
    Es obvio que de principio a fin el tema de la sabiduría se ventila en toda la carta y por
    causa de las serias implicaciones para la iglesia Pablo escribe esta epístola, con el
    propósito de mostrar cómo opera la verdadera sabiduría, la sabiduría que es de arriba.
    El contraste está claro – la sabiduría del mundo produce todo tipo de fruto terrenal,
    sensual y diabólico – en otras palabras, revela el orden del viejo hombre mientras que
    la sabiduría de Dios revela el orden de la nueva criatura que manifiesta justicia,
    santificación y redención.