Ora para que Dios te dé un espíritu de alabanza hacia él.
Lee el Salmo 146.
El Salmo 146 es un salmo de alabanza. El salmista se dirige a los adoradores y los insta a “alabar al Señor”. La
consabida expresión hebrea “Aleluya” inicia y concluye el salmo. No se trata tan solo de un sacrificio de alabanza,
sino que es un mandamiento para el pueblo de Dios. ¿Qué significa para ti “alabar”? ¿De qué forma y en qué
situaciones alabas a Dios? ¿Es algo que estás descuidando de alguna manera?
El salmista habla de confiar en príncipes (146:3–4). ¿Por qué advertiría el salmista en contra de depositar la
confianza en otra persona? ¿En quién deberíamos confiar?
Compara el Salmo 20:7. ¿Has puesto en alguna ocasión tu confianza en otros (incluido tú mismo) en lugar de
ponerla en Dios? ¿Qué acciones puedes acometer para confiar plenamente en Dios?
El Salmo 146:5 declara que los que depositan su esperanza en el Señor son “bendecidos”. El salmista describe a
Dios en todas sus atribuciones (146:6–7). ¿Cuáles de los aspectos de esta descripción te proporcionan mayor
confianza sobre tu esperanza en Dios?
¿Cómo contrasta el papel de Dios con el de los “príncipes” del 146:3–4?
El salmista alaba los hechos del Señor (146:7–9). ¿A qué tipo de personas ayuda Dios? ¿Con cuál de estos grupos
te relacionas? ¿De qué modo se refleja el carácter de Dios en estos actos el carácter de Dios? ¿De qué forma te
estimula a la alabanza la preocupación de Dios por el oprimido?
Para más salmos de alabanza, lee Salmos 8, 103, 111 y 148. ¿Qué aspectos del carácter de Dios se enfatizan en
ellos? ¿En qué se diferencian estos salmos? ¿En qué se parecen? ¿De qué manera te animan a alabar a Dios?
Ps caceres
28 julio 2025