Romanos 15:13-14
La frase «Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer» Esto sugiere tres
cosas.
En primer lugar: que existen distintos grados de estas bendiciones. Algunos cristianos las
disfrutan completamente, pero la gran mayoría (para su vergüenza) solo experimentan una
pequeña degustación. Todos deberíamos acudir a Dios para obtener la comunicación más
completa de estos privilegios.
En segundo lugar: la amplitud de estas palabras del apóstol, junto a la frase «para que
abundéis en esperanza», manifiestan hasta qué punto se abría su corazón hacia a la
humanidad y la extensa provisión de gracia que pedía para ellos.
En tercer lugar: así es como honramos a Dios en nuestra oración, contando con la
gratuidad de su gracia. En él no hay ninguna escasez, y tampoco debería haberla en
nosotros. Puesto que nos acercamos al Rey del cielo, traigámosle «grandes peticiones».
¿Acaso no nos ha animado a hacerlo? ¡El que ha entregado a su hijo amado por y para
nosotros, «¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?» (Ro 8:32)! ¿Es que no
nos ha invitado a beber «en abundancia» (cantares 5:1)? En tal caso que tus peticiones
estén de acuerdo con su invitación; no te acerques a él como si él tuviera tus limitaciones.
En él no hay escasez.
Oremos: padre vengo a ti, reconociendo la suficiencia que me ha otorgado por medio de la
vida en Cristo Jesús; permíteme acércame a ti confiadamente y depender del oportuno
socorro. Gracias en Cristo Jesús, Amen, amen.
Ps. Cáceres
28 octubre 2024