Cada vez que Dios dice algo aparentemente negativo para nosotros, siempre tiene un

propósito positivo detrás. Él siempre tiene una razón y no es para causarte dolor. Es para tu

protección. Dios dice que cuando juegas debes saber las reglas del juego para ganar.

“Honroso sea en todo el matrimonio; porque a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará

Dios.” Hebreos 13:4

Sin duda alguna el séptimo mandamiento, “no cometerás adulterio”, es uno de los

mandamientos que mayores culpables tiene en nuestro mundo de hoy. Quisiera darte estos

cuatro consejos para proteger tu matrimonio.

Has un compromiso de vivir con los estándares de Dios: Las normas de Dios nunca han

cambiado. La Biblia dice que el sexo es solo para el matrimonio de un hombre y una mujer.

En Proverbios 5:15 dice “Bebe el agua de tu propio pozo; comparte tu amor únicamente con

tu esposa”. El adulterio cae por debajo de los estándares de Dios y dirigen a una vida

mediocre llena de problemas.

Tengo que magnificar las consecuencias: El problema del adulterio es que uno piensa:

“Será un rato nomás, y después ya vuelvo, y seguro que mi cónyuge me va a perdonar.” Es

la mentira más grande, pues el resultado es devastador. En Proverbios 6:32-33 dice “Pero el

que se enreda con la mujer u hombre de otro u otra comete la peor estupidez: busca

golpes, encuentra vergüenzas, ¡y acaba perdiendo la vida!”

Minimiza las oportunidades: Si no quieres ser picado, aléjate de las abejas. No te coloques

en situaciones donde sabes que vas a ser tentado. En 1 Corintios 10:12 dice “El que piensa

estar firme, mire que no caiga”. Debes conocer las señales tempranas de advertencia de la

tentación en tu vida para poder salir a tiempo.

Debo de cuidar mi matrimonio: Todo carro que no tiene mantenimiento se cae y deja de

funcionar. Todo matrimonio que no tiene una vida sexual saludable termina en la

infidelidad. En 1 Corintios 7:5 dice “Ninguno de los dos debe decirle al otro que no desea

tener relaciones sexuales.” Una relación creciente con tu cónyuge reducirá la atracción por

el adulterio.

UN PRINCIPIO IMPORTANTE:

La única manera de ser fiel en el matrimonio es con guardar la palabra de Dios que es

mi estándar. En Salmos 119:9 dice “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con

guardar tu palabra.”

Nada daña las emociones como el pecado sexual porque deja cicatrices permanentes.

La vergüenza simplemente no parece desaparecer. La sensación de pérdida para todos

los involucrados es enorme y por ello no debo de minimizar las consecuencias.

José en la Biblia tenía todas las razones del mundo para ceder a la tentación del sexo

con la esposa de Potifar y su respuesta fue huir cada vez que se presentaba la

oportunidad. Debo de invertir más tiempo en mi matrimonio porque es una inversión

de por vida hasta que la muerte nos separe.

OREMOS

Señor Jesús hoy vengo delante de ti reconociendo que he fallado y necesito que me

perdones y me sanes. Hoy hago un compromiso de cuidar mi matrimonio, rechazar el

adulterio, y construir un matrimonio que perdura. HONRA EL MATRIMONIO

Cada vez que Dios dice algo aparentemente negativo para nosotros, siempre tiene un

propósito positivo detrás. Él siempre tiene una razón y no es para causarte dolor. Es para tu

protección. Dios dice que cuando juegas debes saber las reglas del juego para ganar.

“Honroso sea en todo el matrimonio; porque a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará

Dios.” Hebreos 13:4

Sin duda alguna el séptimo mandamiento, “no cometerás adulterio”, es uno de los

mandamientos que mayores culpables tiene en nuestro mundo de hoy. Quisiera darte estos

cuatro consejos para proteger tu matrimonio.

Has un compromiso de vivir con los estándares de Dios: Las normas de Dios nunca han

cambiado. La Biblia dice que el sexo es solo para el matrimonio de un hombre y una mujer.

En Proverbios 5:15 dice “Bebe el agua de tu propio pozo; comparte tu amor únicamente con

tu esposa”. El adulterio cae por debajo de los estándares de Dios y dirigen a una vida

mediocre llena de problemas.

Tengo que magnificar las consecuencias: El problema del adulterio es que uno piensa:

“Será un rato nomás, y después ya vuelvo, y seguro que mi cónyuge me va a perdonar.” Es

la mentira más grande, pues el resultado es devastador. En Proverbios 6:32-33 dice “Pero el

que se enreda con la mujer u hombre de otro u otra comete la peor estupidez: busca

golpes, encuentra vergüenzas, ¡y acaba perdiendo la vida!”

Minimiza las oportunidades: Si no quieres ser picado, aléjate de las abejas. No te coloques

en situaciones donde sabes que vas a ser tentado. En 1 Corintios 10:12 dice “El que piensa

estar firme, mire que no caiga”. Debes conocer las señales tempranas de advertencia de la

tentación en tu vida para poder salir a tiempo.

Debo de cuidar mi matrimonio: Todo carro que no tiene mantenimiento se cae y deja de

funcionar. Todo matrimonio que no tiene una vida sexual saludable termina en la

infidelidad. En 1 Corintios 7:5 dice “Ninguno de los dos debe decirle al otro que no desea

tener relaciones sexuales.” Una relación creciente con tu cónyuge reducirá la atracción por

el adulterio.

UN PRINCIPIO IMPORTANTE:

La única manera de ser fiel en el matrimonio es con guardar la palabra de Dios que es

mi estándar. En Salmos 119:9 dice “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con

guardar tu palabra.”

Nada daña las emociones como el pecado sexual porque deja cicatrices permanentes.

La vergüenza simplemente no parece desaparecer. La sensación de pérdida para todos

los involucrados es enorme y por ello no debo de minimizar las consecuencias.

José en la Biblia tenía todas las razones del mundo para ceder a la tentación del sexo

con la esposa de Potifar y su respuesta fue huir cada vez que se presentaba la

oportunidad. Debo de invertir más tiempo en mi matrimonio porque es una inversión

de por vida hasta que la muerte nos separe.

OREMOS

Señor Jesús hoy vengo delante de ti reconociendo que he fallado y necesito que me

perdones y me sanes. Hoy hago un compromiso de cuidar mi matrimonio, rechazar el

adulterio, y construir un matrimonio que perdura.