Moisés llamó a Bezalel y a Oholiab y a todos los demás artesanos a quienes el Señor había dado estas habilidades y que estaban dispuestos a venir a hacer el trabajo.
Éxodo 36:2
Una niña de preescolar aferrada a un grueso lápiz de color púrpura en la mano. Su brazo se desliza por el papel mientras llena una nueva hoja de papel blanco con círculos de colores. Su alegre esfuerzo parece fuegos artificiales en una cálida noche de verano. se lo ofrece orgullosa a su papá.
«¿Para mí? Gracias», le responde el papá dándole un abrazo. «Tengo el sitio perfecto para esto». se diriges a la nevera y, con un par de imanes, colocar su ofrenda para que todos puedan admirarla.
En el antiguo Israel, dos hombres llamados Bezalel y Oholiab pasaron los años de su infancia creciendo fielmente en sus habilidades como artesanos. Cuando llegaron a la edad adulta, Dios los llamó para que dirigieran el equipo de maestros artesanos que crearían el interior del centro de adoración de la nación. Sin embargo, las habilidades de Bezalel y Oholiab no eran la única razón por la que se les había asignado este trabajo divino; estos hombres también se habían distinguido por su fidelidad al Señor. (Bezalel, de hecho, es la primera persona nombrada en las Escrituras de la que se dice que estaba llena del Espíritu de Dios). Su trabajo era una ofrenda de amor, que brotaba de su relación con Dios.
Él acoge los dones que crean tus habilidades únicas de la misma manera que celebras las obras de arte con lápices de colores de sus hijos. Él celebra tu ofrenda y la coloca en el lugar perfecto para reflejar Su gloria. Sean cuales sean las tareas a las que te enfrentes hoy, pídele a Dios que te muestre cómo puedes utilizar tus dones y glorificarle en el proceso. oye, Jesús, ama lo que haces y lo que eres.
Oremos:
Padre, estoy agradecido por quién eres y por lo que has hecho por mí. Te adoro. Quiero que todo lo que haga hoy sea una hermosa ofrenda para Ti. Por favor, transforma el trabajo de mis manos en Tu «arte de refrigerador». Que todo lo que pueda hacer hoy sea para tu agrado. En Cristo Jesús amen y amen.
