Clamo a ti por ayuda, oh Yahveh, y por la mañana mi oración llegará a tu presencia. Salmo 88:13

La frescura de una mañana recién estrenada es el momento perfecto para comunicarse con Dios. C. S. Lewis escribió sobre la importancia de la oración y la entrega al comienzo de cada día, antes de que los deseos se apoderen de nosotros. Lewis comparó nuestras voces con las de los animales salvajes y describió el proceso como hacer retroceder tu voz para poder escuchar la otra voz de Dios, más tranquila.

Orar y escuchar requieren esfuerzo e intención. Sin embargo, sólo se aprende a hacerlas practicando. Así que esta mañana, al empezar el día, habla con Dios. Con el salmista, deja que tu oración llegue a Su presencia esta mañana. Coge una hoja de papel o un cuaderno nuevo y escríbele a Dios. Agradécele el regalo de un nuevo día y entrégalo intencionadamente a Su cuidado. Haz una lista de las cosas que necesitas o quieres hacer. Después, ofrece tu lista a Dios. Pídele que guíe tus pasos hoy y que te muestre cuándo debes permitir que las «citas divinas» interrumpan tu agenda. Permita que Dios diseñe su día, y luego reciba Sus planes con gusto. Intenta que esto forme parte de tu rutina matutina. Cuando dejas todos los planes del día a Dios, tu perspectiva cambia. El estrés desaparece porque ya no necesitas controlar o manipular lo que sucede. En lugar de eso, comienzas el día sabiendo que tú y Dios están en la misma página, y que estás caminando en Su voluntad.

Padre Celestial, ayúdame a aprender a dejar de lado mis deseos.

Morning Surrender

I cry out to you for help, O LORD, and in the morning my prayer will come into your presence. Psalm 88:13

The freshness of a brand-new morning is the perfect time to communicate with God. C. S. Lewis wrote about the importance of prayer and surrender at the beginning of each day before your wishes and desires rush in and take over. Lewis compared our voices to wild animals and described the process as pushing your voice back so to be able to hear God’s other, quieter voice.

Prayer and listening take effort and intention. You learn to do them, however, only by practicing. So this morning, as you begin your day, talk to God. With the psalmist, let your prayer come into His presence this morning.

Get a fresh piece of paper or a new notebook and write to God. Thank Him for the gift of a new day and intentionally surrender it back to His care. Make a list of the things you need or want to get done. Then offer your list to God. Ask Him to guide your steps today and to show you when to allow “divine appointments” to interrupt your schedule. Allow God to design your day and then receive His plans gladly. Try to make this part of your morning routine.

As you leave all the day’s plans to God, your perspective changes. Stress melts away because you no longer need to control or manipulate what happens. Instead, you step into the day knowing that you and God are on the same page, and you’re walking in His will.