El fruto del Espíritu Vs. Las Obras de la carne. 

Parte I 

Creo que usted que me pudiera estar leyendo hoy, esto no será noticia y si lo es entienda lo que lee, a veces hay que desaprender para volver aprender; por eso hermano, amigo, lea y entienda. 

La Máxima revelación del nuevo testamento y en realidad de toda la escritura es que Dios en Cristo, por medio del Espíritu vive en nosotros y nosotros podemos vivir por medio de su propia vida. 

Creo que para los que me han estado siguiendo, ya saben que esta es la esencia del evangelio. El evangelio no es las reuniones de adoración, oración, guerra espiritual, etc., etc. que nosotros hacemos, el evangelio es la buena noticia de que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo con el no tomándole en cuenta al hombre sus pecados. 

A nosotros nos ha sido dada ahora la palabra de la reconciliación; por lo tanto, Dios estaba en Cristo reconciliándonos con El; y ahora por medio de la iglesia. 

Esa reconciliación Trajo como consecuencia que estuviéramos en paz con Dios y recibiéramos la paz de Dios. 

Ese intercambio produjo, que nosotros pudiéramos recibir la misma vida de Dios en nuestra vida. 

Es entonces que nos coloca a vivir la mayor calidad vida o la máxima expresión de vida que puede recibirse y eso es lo que he estado aprendiendo y enseñando y de eso es lo que se trata vivir por medio de su vida en nosotros. 

Hoy les escribo con la intensión de enseñarles cómo vivir la vida de Cristo en usted; con un poco de timidez, pues no deseo que se me espante, sino que aprenda esta verdad poderosa, como se revela en las cartas del apóstol Pablo. 

Le comento de la primera carta que fue a los gálatas, donde puedo ver con claridad esta verdad transformadora. 

Gálatas 5:16 dice “leer” 

Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne;  

Ya les he dicho que andar en el Espíritu, es lo mismo que vivir por medio de la vida de Cristo; la palabra nos enseña que Cristo fue hecho Espíritu Vivificante, en la resurrección; por eso la palabra también nos identifica al espíritu de Vida. Cristo, en el espíritu ha sido impartido en nosotros para que recibamos su vida y la podamos manifestar. 

De los versos 19 al 25 del capítulo 5 de la carta a los gálatas, pablo habla de lo que él, llama las obras de la carne; yo creo que si usted es como yo, que ya tenemos algunos días en el señor; se ha dado cuenta que hay muchas personas que hacemos cosas y creemos que lo estamos haciendo en el espíritu, donde en realidad son manifestaciones de la carne. 

Es más obvio juzgar algunos pecados como el adulterio, fornicación inmundicia, de los cuales es posible que usted y yo ya hayamos participado de alguno de ellos o seamos culpables. 

Pero también es pecado los celos, la envidia, las contiendas y las disensiones, pleito, mentira, engaño y muchos más. 

Cuantas veces somos testigos de las divisiones, de ministerios, iglesias, cuantas veces somos testigo de los daños que causamos a las relaciones, y los que lo practican creen que es en el espíritu que lo está haciendo, o que es el espíritu los guía cuando en realidad es una obra de la carne. 

Por eso es importante saber que nadie esta inmune de caminar en lo que no es. 

Las obras del viejo hombre, que ha sido crucificado con Cristo y creer que está bien; amados lector, esto importante saberlo, porque la obra de la carne el pecado no nos identifica, no es lo que nos da nuestra identidad; pero si puede llevarte a expresar una naturaleza que no ha recibido, a eso es lo que el apóstol pablo dice que no seamos engañado ¿Por qué? porque se puede caminar en la carne y creer que es en el Espíritu. 

Eso es cuando una persona está siendo engañada. 

Cuando el Apóstol habla de las obras de la carne, se refiere a lo que somos por naturaleza natural, nacimos en Adán y esa clase vida está contaminada y corrompida. 

La característica principal de esa vida es el Egoísmo, pero pablo también habla de caminar y vivir en el espíritu y esa es la vida que se manifiesta en el nuevo Nacimiento, 

La vida que recibimos en Adán se caracteriza por el egoísmo, pero la vida que recibimos en Cristo se caracteriza por el amor. Es la nueva vida, es la vida de Dios impartida en nosotros cuando creímos en Cristo Jesús. 

Lo que Pablo está haciendo en la carta a los Gálatas es Contrastar la evidencia de las dos clases de vida, la vieja y la nueva. 

En Adán y en Cristo, en la carne y en el Espíritu, la Idea es crear una diferenciación entre ambas vidas y poder identificar que es lo que cada una está manifestando y por cual clase de vida estamos viviendo. 

Les recuerdo que el fundamento sobre el cual pablo debate con los judaizantes en Galicia es sobre que ellos querían que los gálatas regresaran a la ley de moisés. 

Gálatas 2:20, entonces el Apóstol establece que es lo que nosotros recibimos cuando venimos a Cristo. 

Dice “Con Cristo estoy juntamente Crucificado y ya no vivo yo, más vive Cristo en Mí, lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios; el cual me amo y se entregó, así mismo por mí”. 

La lista de las obras de la carne, que pablo menciona, no es excautiva, pues al concluir, él dice y cosas semejantes a estas. Por lo tanto, a modos aquí hay un ejemplo, una muestra de lo que el viejo hombre puede llegar a manifestar a través de nuestro comportamiento, sino andamos y caminamos en el espíritu. 

Solo les mencionaré, las obras de la carne que se describen en gálatas 5:19-21 

El apóstol pablo, la identifica como, adulterio, fornicación, inmundicias, lascivia, idolatría, hechicería enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas disensiones, herejías, envidias, homicidios borrachera y orgias y él dice, “y cosas semejantes a estas”. 

Esa lista termina o concluye con una declaración contundente, porque Pablo expresa que, el que practica tales cosas esa persona no heredara el reino de Dios. 

Cuando miramos estas declaraciones nos damos cuenta de que esto tiene serias repercusiones, pero por causa de su infinita gracia cuando hay un arrepentimiento un giro de ese comportamiento que afecta la vida de y en el espíritu; el Señor perdona y cubre todos nuestros pecados incluyendo las obras de la carne. 

Aquí es donde el arrepentimiento es necesario.