- Todo lo que perdí en la vida, sólo me sirve para saber cuánta bendición ganaré en el futuro.
La Biblia dice que todo lo que el diablo te quite te lo devolverá por siete, perdiste la silla, te esperan siete, perdiste tres sillas, llegan veintiuna, haz una lista de todo lo que perdiste y multiplícalo por siete, porque todo lo que perdiste es el anticipo de todo lo que el diablo te va a devolver multiplicado por siete, así pensamos los conquistadores. Yo en la Biblia tengo la tabla del siete.
- Los conquistadores cambian el entorno en el que están.
En la reforma, Lutero, Calvino, todos los reformadores, eran monjes, ¿qué hacían los monjes?, meditaban, contemplaban, pensaban, analizaban, porque estaban en el monasterio. El lunes a la mañana, seguían en el monasterio, y el martes, miércoles, lo mismo, eran personas que reflexionaban teología, escribían, pero cuando le enseñaban a la gente no le enseñaban a monjes, le enseñaban a gente, que el lunes iban a estar en el mercado, en el gobierno, en la política en la educación, entonces nosotros recibimos una teología que viene del pensamiento de monje que nos gusta contemplar, nos gusta hablar de temas abstractos, nos gusta debatir, y no digo que está mal, pero no sirve para mucho, nos gusta , «Pastor, ¿por qué no nos escribe de la ultra predestinación, por qué no nos hace reflexionar de la iniquidad», discusiones de temas filosóficos, teológicos, porque ellos lo hacían, porque el lunes no estaban en el trabajo, en los hogares, en la calle como usted y yo.
Cuando Dios lo llama a Abraham, y le dice: «Abraham, haré de ti una nación grande», Abraham no dice: » Abraham estaba ocupado, pero con sus oídos escuchando a Dios, no dijo vendo mis ovejas y me voy al ministerio a trabajar, no dijo me voy a trabajar y dejo a Dios», Abraham seguía trabajando; solo que aun allí le entregó toda su vida a Dios. El hombre más probado del Antiguo Testamento, Job, era un empresario y fue justo obedeciendo a Dios, todos los apóstoles eran gente del mercado, eran gente de la ciudad. Lo que deseo dejar en vuestra mente es que no importa tu ocupación; allí puedes serle útil a Dios y a su reino.
Dice Edgardo Silvoso:” que todos los profetas, menos tres, trabajaban, tenían su trabajo, estaban conectados; entonces tu fe sirve para modificar tu entorno, para que tu salgas y diga, «yo quiero servir y serle útil a Dios en la iglesia, yo quiero estar activo en su reino», no solo los domingo, o cualquier día de servicio, eso es pensamiento de monje, conquistador es, que cuando no esté en templo, en el servicio; vayas a tu lugar de trabajo y digas: «Este, mi lugar de trabajo, yo lo voy a hacer un «Tabernáculo de Restauración», yo voy a ganarme a la gente para Cristo, yo voy a establecer oración, yo voy a establecer anuncios de fe, prosperidad y yo voy a hacer que la gente venga a ver mi tienda, porque mi talentos y dones serán tabernáculo para Dios». ¿Cuántos de los que me leen van a hacer eso? Diga Yo, yo, yo.
Pablo es llamado en el capítulo trece del libro de «Los Hechos», Pablo predica, pero cuando llega el dieciocho, diecinueve, Pablo evangeliza toda Asia, ¿cómo Pablo toma toda Asia, qué le pasó?, Pablo predicaba, iba a las sinagogas, enseñaba, pero cuando llega a Corinto, conoce a Priscila y Aquila, eran comerciantes y Pablo se pone a trabajar con ellos, hace cuero, las carpas, le vende a los ricos, le compra el cuero a los pobres, y empieza a ganar gente para el Señor, entonces Pablo dice: «gano más gente, acá en el mercado, que encerrado en una sinagoga, entonces Pablo descubre que la fe no era para un ámbito religioso, que la fe era para el diario vivir, y cuando Pablo se aviva, gana continentes completos para el Señor. Creo que me entendiste hasta ahora, usa el lugar donde estes para avanzar y hacer que el reino de Cristo se extienda.
Te quiero decir hermano, amigo hermana o amiga, no es venir a servir a Dios solo al templo, es salir también del templo y que en tu lugar de trabajo tú seas pastor, tú seas el pastor de tu trabajo. Se convirtió un hombre, e
l pastor de tu universidad, de la calle, del barrio donde vives; dice Edgardo Silvoso, tenía dos mil empleados, eran unos hoteles de cuarta, y se convierte, y él dice: «los voy a echar a todos y voy a contratar cristianos, entonces contrata cincuenta pastores, los pone en el hotel, y dice: «Prohibido evangelizar, ustedes oren, háganse amigos, sonrían, sean consejeros, gánense el corazón de la gente», se convirtieron los dos mil. Y en todos los hoteles de esta cadena de hoteles norteamericanas, pusieron una sala de oración por milagros, y ya diez mil personas en esa cadena de hoteles, pasaron por la sala de milagros. ¿Qué hizo este hombre?, este hombre no vendió los hoteles y dijo:” Me voy a servir al Señor, pobre, pero con gloria», él dijo «Si yo soy dueño de este negocio, este negocio yo lo voy a consagrar para el Señor». Es lo que deseo decirte hoy, los conquistadores, no tienes que dejar de hacer lo que haces; tuve un buen amigo, un día llego a mi oficina y me dice, que había dejado de hacer su trabajo, era el mejor Locutor del país, pues se dedicaría totalmente al servicio de Dios, recuerdo que le pregunte que si Dios le había pedido tal sacrificio, era su talento, el don que él le había dado, me dijo que no, pues, le di mi opinión, volvió a la radio y tv. En poco tiempo abrieron una radio nueva y le solicitaron que sea la voz principal, hizo el contrato dándole un espacio matutino y desde ese espacio una gran cantidad de humoristas y gente de la radio y tv. Encontraron la vida en Cristo Jesús; algunos hasta con pensamientos suicidas, fueron rescatado.
Dios te llamó a cambiar tu trabajo a través de la sabiduría, del amor, de la consejería y de la unción, tu sueño no tiene que ser: «Dejo todo y sirvo a Cristo en las misiones», tu sueño tiene que ser: «aquí donde estoy plantado, seré un «Tabernáculo de Cristo». ¿vio esto? ¿En qué trabajas? ¿Qué tienes? Ahí donde estés, destraba ese lugar para el Señor. «Pastor, ya los invité y no vinieron», gánate su corazón, háblales, regálales un libro, abrázalos, pide sabiduría del Señor para que todo ese lugar se transforme en un «Tabernáculo de Restauración«. Porque si todos los que me leen, y los que escuchan en nuestra página por internet, lo hacemos, ¿saben lo que pasaría en nuestras áreas, nación, ciudades, tú te imaginas eso?, nos vamos a extender tabernáculo, hola, nos vamos a crecer y la tierra será llena de la gloria del Señor como las aguas cubren la mar. Eso es pensamiento de conquistador y no de monjes.
