¡Claro! Aquí tienes una versión mejorada del texto:
«En este devocional, quiero transmitirte un mensaje importante: Dios te ve como un príncipe, y antes de que termine estas palabras, el Padre bajará a tu encuentro para confirmártelo personalmente a través de Su Espíritu Santo. Los ángeles pueden traer anuncios, pero es el Padre quien produce el cambio.
Jacob vivió una experiencia que nos enseña una lección valiosa. Cuando vio nacer a su hijo, su esposa estaba agonizando y le dijo: ‘Te llamaré Benoni’, que significa ‘Hijo de mi aflicción’. Pero Jacob, recordando su propia vida llena de dificultades y nombres equivocados, decidió cambiarle el nombre a su hijo. Le dijo: ‘No serás Benoni, sino Benjamín’, que significa ‘Hijo de mi mano derecha’. Jacob quería que su hijo no fuera marcado por la tristeza ni por su pasado, sino que comprendiera que era un hijo amado del Padre.
En la vida, a menudo nos llaman de formas que no reflejan nuestra verdadera identidad. Algunas personas han sido tildadas de ‘inútiles’, ‘locas’ o ‘una carga’. Pero hoy, como mensajeros de Dios, estamos aquí para anunciarte que eres un hijo de la mano derecha del Padre. Tu identidad está en Él, y todo lo que Jesús ganó en la cruz y en la resurrección forma parte de tu ADN. Vamos a aquellos que han sido llamados erróneamente y les diremos: ‘No eres lo que otros te han dicho’.
Somos llamados ‘hermanos’ porque somos parte de la familia del Padre. El Padre quiere que veamos la grandeza de nuestra herencia y compartamos esas bendiciones con otros. Mi esposa, mis hijos y yo estamos comprometidos a liderar una iglesia única que cambia vidas y les otorga nuevos nombres a las personas. Hemos bautizado a algunos, y les vemos avanzar en su identidad en Cristo. Dios nos ha hablado de un avivamiento y de abrir puertas para llevar bendición a la ciudad.
Así que, no te quedes atrás. Cuando Dios desata un avivamiento y entras en Sus profundidades, las puertas se abren, y te mueves rápidamente. No te quedes en el pasado; acompáñanos, porque vamos rápido y lejos. ¡Hay un río de paz que fluye sobre ti!
Oremos: Padre en Cristo Jesús, si estoy atrapado en el desierto o a medio camino, ven a mi encuentro, cámbiame el nombre y permíteme experimentar la lluvia de Tu presencia y el descanso en ti. En el nombre de Jesús, Amén.»
Espero que esta versión sea útil y transmita el mensaje de manera efectiva.
Ps. Cáceres