Juan 15:15, Santiago 4:1-9, 1 Cor. 3:1-4,
“Ya no los llamo esclavos, porque el amo no confía sus asuntos a los esclavos. Ustedes ahora son
mis amigos” Juan 15:15
Tu relación con Dios tiene muchos aspectos diferentes: Dios es tu Creador y Hacedor, Juez,
Redentor, Sanador, Padre, Salvador y mucho más. Pero la verdad más impactante es ésta: ¡Dios
Todopoderoso anhela ser tu amigo!
Qué privilegio llegar a ser el mejor amigo/a de Dios! Pero ¿cómo podemos poner en práctica o
desarrollar la amistad con Dios a diario? ¿Cómo podemos convertirnos en el/la mejor amigo/a
de Dios? He aquí cuatro requerimientos para lograrlo.
Mediante la obediencia: Generalmente no vemos la obediencia como un signo de amistad.
Pero Jesús insiste en que la obediencia es una condición de amistad con Dios. En Juan 15:14
dice “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando”. Obedecemos a Dios, no por deber,
miedo o imposición, sino porque lo amamos y confiamos en que nuestro “Amigo” sabe lo que es
mejor para nosotros.
Meditando en Su Palabra: Es imposible ser amigo/a de Dios; sin saber lo que Él dice. No puedes
amar a Dios a menos que lo conozcas, y no puedes conocerlo sin conocer su Palabra. David, el
amigo de Dios, dijo en el Salmos 119:97 “¡Oh, ¡cuánto amo tus enseñanzas! Pienso en ellas todo
el día”. Por ello, enfoca tus pensamientos en la Biblia. Las Escrituras ofrecen una descripción de
quien es Dios y como puedes ser su amigo/a.
Comunicándome con Dios: Una relación sin comunicación es una aberración. Nunca
desarrollarás una relación cercana con Dios simplemente asistiendo a la iglesia o haciendo obra
social. En 1 Tesalonicenses 5:17 dice “Oren en todo momento”. Esto significa mantener una
conversación abierta y continua con Dios durante todo el día. Cualquier cosa que estés haciendo
o pensando, compártela con Dios.
A través del amor activo: La verdadera amistad no es pasiva, sino activa. Nadie quiere
amigos/as de palabra solamente, sino de acción. En Juan 13:35 dice “El amor que tengan unos
por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos”. Cuanto más nos
preocupemos por las cosas que a Dios le importan, más amigos nos volvemos con Él y con otros.
Santiago 4:1-9,
Idea fundamental
Durante miles de años antes de Cristo, la Biblia identifica a muy pocos como “amigos de Dios”
tales como Abraham, Moisés y David. Jesús cambió radicalmente esa situación, abriendo un
nuevo puente que hace que Dios pueda ser amigo de todos.
A Dios le interesa tanto esto que su Palabra dice que nuestra prioridad número uno en la vida
debe ser conocerlo y amarlo más cada día. Nos convertimos en los mejores amigos de Dios
mediante la obediencia, la meditación en su Palabra y una comunicación sin cesar.
La amistad con Dios debe ser demostrada en acciones hacia Él y nuestro prójimo. Si no puedes
describirte como un/a amigo/a de Dios, has un compromiso de buscarle a Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Oremos:
Señor Jesús hoy vengo delante de ti para darte las gracias por querer ser mi amigo. Hoy me comprometo
a obedecerte, meditar en tu Palabra, hablar contigo, y a amar a otros como te amo a ti.
27 octubre 2025